Gente que Cuenta

Te lo dije,
por Victorino Muñoz

Te lo dije Atril press
“La gente no es de oír consejos, sino de darlos más que nada, no por virtud de hacer el bien, sino por ganar fama de persona sabia” David Alizo.
Imagen generada por IA.

 Una de las expresiones más detestables que puede haber es esta que da título a la presente nota. Frase odiosa donde las haya, sobre todo usada para mostrar al otro la superioridad del que habla. Es común escucharla cuando alguien se ha equivocado, por seguir una vía que consideró la apropiada para resolver un problema.

Obviamente, nadie puede saber de antemano, al menos no siempre, si la opción que toma será la acertada. Solo lo revelarán el tiempo y los resultados. Sin embargo, los que gustan usar el “te lo dije” parecen creer que ellos sí tienen el don de la clarividencia, por lo cual añaden: “yo sabía que eso iba a pasar”.

Lo peor es que al momento de enunciar la bendita frase, con aquella sonrisa de autosuficiencia, ni siquiera se conduelen del que se equivocó, aunque siga con el problema que lo aqueja. “Quién lo manda…”, pareciera pensar el que ve desde afuera la situación.

Otra cosa que me harta de la expresión es que la persona que nos suelta el “te lo dije” en la cara bien puede equivocarse a veces, tantas como uno lo hace; pero como en esa ocasión acertó, piensa seguramente que es infalible. Peor aún, aplica tal creencia con retroactividad y prospectividad incluso, como pensando: “si estuve acertado ahora, lo estuve siempre en el pasado y lo estaré siempre en el futuro”.

En consecuencia, al tono de suficiencia se une entonces uno de advertencia, diría yo, como si estuviera alertando al otro, al equivocado, acerca de su necedad, si pretende seguir haciendo las cosas a su manera y no escuchar los consejos que le da esta persona que se ha dignado hablarle.

En una ocasión David Alizo dijo: “La gente no es de oír consejos, sino de darlos más que nada, no por virtud de hacer el bien, sino por ganar fama de persona sabia”. A esto añadiría yo que si el que da el consejo resulta tener la razón, pero no lo escucharon, la soberbia se le subirá a la cabeza.

Quien así obra, habla y piensa, olvida el consejo aquel que daban a los nobles romanos: memento mori. Recuerda que eres mortal. No sólo significa que la vida tiene un término, sino que de cada dos, acertaremos una, con suerte, porque errar es de humanos.

Y si una vez acertaste, no te envanezcas, porque el que levanta la cabeza con altivez, pierde muy fácilmente de vista el camino y no advierte la piedra que pronta se apresta a hacerle tropezar. Entonces, por venganza, no faltará uno que le suelte el: “te lo dije, fíjate por donde vas”, fustigándolo con una carcajada, como un latigazo.

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Victorino Muñoz
valenciano, autor de “Olímpicos e integrados”, ganador del Concurso de Narrativa Salvador Garmendia del año 2012 y “Página Roja”, publicado en la colección Orlando Araujo en el año 2017.
rvictorino27@hotmail.com
Twitter:@soyvictorinox
Foto Geczain Tovar

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