
Fuente: https://pixabay.com/
Cuando era pequeña las calas no faltaban en arreglos florales, ramos o coronas, de vivos o muertos. Pensaba que todas eran blancas o rojas.
De tanto verlas en aquellos ramos, llegué a pensar que eran difíciles de cultivar, porque no las asociaba con la siembra y el cultivo casero. Pero, al contrario, son una de las plantas más buscadas, comercializadas y cultivadas desde la Roma antigua. Por aquellos tiempos se asociaban a las fiestas y a la borrachera porque su forma parece la de una copa de vino.
Su nombre viene de otra civilización, la griega, donde Kalos significa belleza. Y eso es lo que ha transmitido desde entonces: espiritualidad, pureza, hermosura, devoción. Con el desarrollo de la jardinería, las encontramos en venta prácticamente de todos los colores.
Su familia vegetal, la arácea, comprende 3000 especies distintas. Las hay blancas, amarillas, verde limón, rosadas, naranjas, rojas y en todos los tonos de violeta, grandes y pequeñas.
Se las llama también lirio de agua, flor del jarro, cartucho, alcatraz.
Vienen de Sudáfrica, de un entorno cálido, lo que quiere decir que viven cómodamente entre 14 y 26 C.
En realidad, la flor es la espiga del centro, una inflorescencia. La parte que parece un pétalo enorme que la envuelve se llama espata, una hoja modificada cuya misión es protegerla, no hacer fotosíntesis como las demás hojas verdes.
Si quieres cultivarla o te regalan una en maceta, ten en cuenta que se reproduce casi siempre por la división de sus bulbos, porque hacerlo por semillas es dificultoso.
Es una bulbosa, como los tulipanes. Allí almacena nutrientes y energía para poder crecer sobreviviendo a las condiciones del ambiente.
Cuando termina de florecer, se saca el rizoma de la tierra de la maceta. Seguramente, cuando lo veas encontrarás que se han formado algunos otros bulbos más pequeños junto al principal.
Se deben recolectar y guardar, envueltos en papel de periódico antes de que puedas volverlos a plantar, cuando llegue la primavera. Entonces, cada uno puede enterrarse en una maceta con tierra negra, que puedes mejorar mezclándole humus de lombriz. Se riega y se mantiene la tierra siempre ligeramente húmeda mientras vuelve a florecer.
Por cierto, cuando entre en reposo no la riegues más, sino cuando la vuelvas a plantar. Mantenla alejada de perros y gatos porque les es tóxica.
