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Banquete para Macron,
por Mayte Navarro

Carlos III y Macron Atril press
En su discurso, el rey Carlos III afirmó: “Durante mis treinta y seis visitas a su país, he quedado asombrado por los extraordinarios atributos y logros de Francia”
Fuente: Fuente: https://www.royal.uk/

Uno de los acontecimientos importantes del mes de julio fue la visita de Estado realizada por el presidente Emmanuel Macron al Reino Unido. La pompa desplegada por el rey Carlos III no puede interpretarse como un alarde de vanidad, sino como pura diplomacia.

En momentos cuando al mundo político lo marcan la incomprensión e intolerancia, el monarca británico ignoró el Brexit, para estimular la hermandad con Francia, un aliado importante. Lo expresó en su discurso durante el banquete de Estado en el Saint George’s Hall, en el castillo de Windsor, donde expresó: “Durante mis treinta y seis visitas a su país, he quedado asombrado por los extraordinarios atributos y logros de Francia”, frase que dio a entender su admiración por Francia a la que conoce bien.

El brillo de las joyas de las damas de la corte británica ratificó las palabras del rey. Esplendor que traducía: estamos a la par de Francia. Camilla lució la tiara belga de zafiros, que perteneció a la princesa Luisa María de Bélgica y data de 1850. La princesa Sophie, duquesa de Edimburgo, seleccionó la tiara Wessex, cuyo punto focal es una extraordinaria aguamarina, que parce ser una de sus preferidas. La princesa Ana optó por la conocida como tiara festón de diamantes, proveniente de un collar de la reina Guillermina de los Países Bajos y que ha usado en repetidas ocasiones. Y por último, la siempre esperada princesa de Gales, Kate, quien repitió la tiara Cambridge Lovers Knot, diseñada por E. Wolff & Co., inspirados en la tiara original propiedad de la princesa Augusta de Hesse. La citada prenda la realizaron los joyeros reales Garrards en 1913, a solicitud de la reina María, consorte del rey Jorge V.

Recibe el nombre de Lovers Knot por ser el regalo que la familia de la princesa Augusta de Hesse le dio por su matrimonio con el príncipe Adolfo en 1818. La tiara Lovers Knot original la entregó luego, como regalo, a su hija mayor, la princesa Augusta Carolina con motivo de su boda con el gran duque Federico Guillermo de Mecklemburgo-Strelitz. Tenía dos hileras de perlas, una colgando y la otra elevándose como una espiga, de allí el nombre de “Nudo de los Enamorados”.

La reina Isabel II se la obsequió a Diana después de su boda con Carlos y al divorciarse la devolvió. Cuando murió, la joya se guardó bajo llave y volvió a salir después de la boda de William y Kate.

 

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Mayte Navarro.
Comunicadora Social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas. Ha ejercido el periodismo en galerías de arte, en el diario El Universal, mantiene el espacio Madame Glamour en el programa radial Las entrevistas de Carolina. Escribe de moda, arte y estilo de vida.
mayte.navarros@gmail.com

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