Gente que Cuenta

La píldora,
por José Manuel Peláez

Pildora que no exsite Atril press
“Me contó cómo, de pronto, se encontró en un mundo donde todos le ayudaban, le sonreían, le hablaban con respeto y se anticipaban a cumplir sus deseos…”
Fuente: https://www.recraft.ai/

No era serio, tan solo la lógica consecuencia de mi estupidez al creer que podía hacer montañismo de la noche a la mañana sin ningún tipo de preparación y sin contar con la opinión de mi tobillo izquierdo, siempre reacio al esfuerzo injustificado.

Para esperar la medicación indicada, me senté en el único banco disponible, al lado de un hombre de unos cincuenta y tantos años que le preguntaba ansioso a una enfermera al paso cuándo le iban a dar la píldora. Ella le hizo un gesto que podía significar cualquier cosa y desapareció en uno de los cubículos.

El hombre parecía no haber dormido en mucho tiempo y sus ojos eran dos velas consumiendo el final del pabilo. Me miró compartiendo su desesperanza.

─ ¿Por qué la gente tratará tan mal a la gente?

Antes de entrar en el laberíntico tema, preferí preguntarle por qué estaba en la medicatura. Aposté a que la tentación de hablar de su dolencia vencería su preocupación por lo que no tiene respuesta… y gané.

Mi desgraciado vecino de banco vivía su vida tratando de lograr que la gente fuera amable y considerada. Primero con su ejemplo y luego liderando una cruzada para concientizar a todos que ese sencillo paso nos haría más felices a todos. Lamentablemente nunca había tenido buenos resultados… hasta hacía tres noches.

Me contó cómo, de pronto, se encontró en un mundo donde todos le ayudaban, le sonreían, le hablaban con respeto y se anticipaban a cumplir sus deseos, incluso antes de que él los dijera en voz alta. Simplemente tendía la mano y alguien le acercaba el vaso de agua o se excusaban si le tropezaban preocupados por la posibilidad de haberle hecho daño. El hombre creía que, por fin, disfrutaría los frutos de su siembra, hasta que pasó delante de un espejo y éste le devolvió la imagen de alguien muy parecido a sí mismo, arrugado, encorvado y seco que apenas podía moverse. Y se despertó.

─ Y aquí estoy, sin dormir desde hace tres días y esperando una píldora.

Me dio la impresión de que no pensaba decir nada más, así que me atreví a preguntar.

─ ¿Una píldora para dormir?

─ ¡De ninguna manera! ─ me dijo sobresaltado ─ Si la única manera de que me traten bien es dar lástima, prefiero que no lo hagan ni en sueños… lo que quiero es no dormir nunca.

La enfermera trajo mi medicina y se fue sin responder la pregunta de mi compañero sobre su píldora. Yo no tuve corazón suficiente para decirle que esa píldora no existe.

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José Manuel Peláez
Profesor universitario de Literatura del Renacimiento y Teatro Contemporáneo. Escritor de ficción para cine, televisión y literatura, especialmente policial. Sus novelas “Por poco lo logro” y “Serpientes en el jardín” se consiguen en Amazon. Ha creado y dirigido Diplomados de Literatura Creativa y de Guion audiovisual en la Universidad Metropolitana de Caracas. Actualmente mantiene un programa de cursos virtuales relacionados siempre con la Narrativa en todas sus formas.
josemanuel.pelaez@gmail.com

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