Si tuviera que emigrar – Soledad Morillo Belloso
Todos los venezolanos de bien, y en particular los que hemos hecho de la lucha por la democracia un propósito de vida, sabemos que podríamos vernos forzados a migrar.Entonces, con frecuencia, mi marido y yo hablamos sobre el asunto. Y nos planteamos a dónde nos iríamos.Sería un lugar pequeño, pueblo o ciudad de pocos habitantes, dónde la vida sea sencilla, sin adornos ni miriñaques. Nada de grandes urbes. Un lugar donde conectar con los parroquianos, los del abasto, la panadería, la carnicería, la pescadería; un lugar de saludarse con el frutero, de tomar un café en una esquina y que la gente responda el buenos días con una sonrisa. Donde se escuche el canto en una iglesia los días de culto y las gentes caminen por parques y plazas y se den la bienvenida con gestos amables. Un lugar donde...