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Rafael Victorino Muñoz

Te lo dije,<br/> por Victorino Muñoz
213c, Rafael Victorino Muñoz

Te lo dije,
por Victorino Muñoz

 Una de las expresiones más detestables que puede haber es esta que da título a la presente nota. Frase odiosa donde las haya, sobre todo usada para mostrar al otro la superioridad del que habla. Es común escucharla cuando alguien se ha equivocado, por seguir una vía que consideró la apropiada para resolver un problema.Obviamente, nadie puede saber de antemano, al menos no siempre, si la opción que toma será la acertada. Solo lo revelarán el tiempo y los resultados. Sin embargo, los que gustan usar el “te lo dije” parecen creer que ellos sí tienen el don de la clarividencia, por lo cual añaden: “yo sabía que eso iba a pasar”.Lo peor es que al momento de enunciar la bendita frase, con aquella sonrisa de autosuficiencia, ni siquiera se conduelen del que se equivocó, aunque siga con el proble...
Aguja o corcho,<br/> por Victorino Muñoz
212d, Rafael Victorino Muñoz

Aguja o corcho,
por Victorino Muñoz

Si uno coloca con mucho cuidado una aguja en un recipiente de agua, puede lograr que esta flote gracias a la tensión superficial. Es algo así como lo que sucede con ciertas personas en el mundo del arte, la música o la literatura. Sobresalen o son conocidas gracias al empuje que les brinda algún padrino, que lo aúpa y lo apoya.¿Por qué lo hacen? No se sabe si por procurarle un bien a aquel o por no hacérselo a nadie más. Cierto es que, cuando se trata de ayudar a otro, la mayoría lo hará con sus conocidos, del mismo modo que de niños, en la cancha de fútbol o de básquet, llamábamos a nuestros amigos para formar parte del equipo y dejábamos por fuera al que nos caía mal, así supiera jugar más.Gracias a esto, el aguja puede ser reconocido y ganar dinero, porque a veces en esas cosas los que ...
La lección de Papucho,<br/> por Victorino Muñoz
211b, Rafael Victorino Muñoz

La lección de Papucho,
por Victorino Muñoz

Papucho era un compañero de clases cuando yo estaba entre cuarto, quinto y sexto de primaria. Se entiende que ese no era su nombre sino un apodo. Pero lo que importa en esta historia es lo que aprendí, si no de él, por lo menos de la relación de amistad con él. El asunto es que Papucho no era de los estudiantes más aventajados del salón, en la acepción tradicional que se da al término. Sacaba doce, a veces quince. En cambio yo era siempre el primero, no solo de la clase, sino de toda la escuela, en cuanto a notas se refiere. Y así fue siempre, luego en el liceo y en la universidad (aunque esa es otra historia). Y si bien vivíamos relativamente cerca, nuestras realidades eran distintas, por no decir opuestas. Sus padres tenían una bonita casa. Eran dueños de negocio. Hasta sirvienta y...
Nuestros Salieris,<br/> por Victorino Muñoz
210d, Rafael Victorino Muñoz

Nuestros Salieris,
por Victorino Muñoz

Antonio Salieri fue un músico de origen italiano, aunque radicado en Austria, bajo cuya corte floreció como compositor y director de ópera y de otros géneros, durante el reinado de José II. Se le suele vincular a menudo con Mozart, de quien fue contemporáneo.Respecto a la relación entre los dos músicos, se cuentan varias versiones. Hay quienes afirman que eran amigos; otros, que eran compañeros con un trato más o menos cordial y respetuoso, pero distante. Se cree que tuvieron una relación complicada, a veces de cooperación, a veces de competencia, en una mezcla de odio con admiración y quién sabe qué más.Vallejo Nájera, por su parte, refiere que los favores de los que gozó Salieri los merecía Mozart; yo estoy de acuerdo con este parecer. No obstante, hoy día se reconoce es el talento del g...
La mente de la IA,<br/> por Victorino Muñoz
208d, Rafael Victorino Muñoz

La mente de la IA,
por Victorino Muñoz

No sé muy bien cómo funciona la mente humana. Tampoco sé bien la diferencia exacta entre mente y cerebro. Tal vez con respecto a tales asuntos no esté yo tan atrasado como el resto de la comunidad científica e intelectual, aunque muchos se nieguen a reconocerlo. Ahora, sí me quedan más o menos claros algunos procesos que a veces tienen lugar en la mente o en el cerebro ante determinados hechos, situaciones o circunstancias, por lo menos en mi caso; los cuales, además, me diferencian de una IA, afortunadamente. Por ejemplo, si alguien pregunta: ¿cuánto es 2 más 2? De inmediato comienza a sonar en mi cabeza la tonada que dice: 2 y 2 son 4, 4 y 2 son 6, 6 y 2 son 8 y 8, 16... luego de esa banda sonora, que solo yo escucho y que suena en fracciones de segundo, respondo muy serio: 4. Pued...
Postapocalipsis,<br/> por Victorino Muñoz
207d, Rafael Victorino Muñoz

Postapocalipsis,
por Victorino Muñoz

En una ocasión escribí una nota donde hablaba sobre las películas en que se plantea como asunto central la destrucción del mundo, de la humanidad o de la civilización humana, que no son la misma cosa, como no es difícil suponer.En la misma mencionaba las formas en que esto podría ocurrir: catástrofe natural, ya sea un evento terrestre (terremoto, volcanes) o del espacio exterior (cometas, supernovas); también podría ser una invasión alienígena, rebelión de otros seres del planeta, epidemias, una súper inteligencia informática (esta opción parece estar acercándose cada día más)…Lo que no señalé en ese momento (falta de espacio o tal vez de imaginación), fue la razón por la cual los seres humanos especulamos sobre este posible apocalipsis, o por la cual nos sentimos interesados en ver y leer...
Discusión con necios,<br/> por Victorino Muñoz
206b, Rafael Victorino Muñoz

Discusión con necios,
por Victorino Muñoz

En esta vida, por más que uno trate, tarde o temprano terminará discutiendo con un necio, sobre todo si usamos redes sociales, ya que por ahora las mismas no tienen filtros para estas cosas, es decir, no podemos impedir que cualquier sabihondo improvisado nos salga con algún argumento traído de los cabellos (a menos que bloqueemos los comentarios).Ahora bien, tanto en la vida real como en esa otra realidad de las redes, yo suelo usar, casi invariablemente, los mismos argumentos para, si no rebatir, al menos acallar a tales entes. He aquí algunos de mis favoritos, que pongo por escrito para provecho de las futuras generaciones:- Guao, debes ser todo un experto en la materia; ¿puedes enviarme tus libros más reciente sobre el tema? Todavía nadie me ha respondido enviándome algún archivo o enl...
Biciclofobia,<br/> por Victorino Muñoz
205d, Rafael Victorino Muñoz

Biciclofobia,
por Victorino Muñoz

La nuestra no es, precisamente, una cultura de respeto al ciclista cuando este va por la vía; ni siquiera hay vías para ciclistas. Entonces, te pasan por un lado, a menos de medio metro, los autobuses y camiones, a toda velocidad y haciendo sonar la corneta, para que veas que eres un idiota por usar bicicleta en lugar de un vehículo a motor. Aparte de eso, hay otras tantas penurias que sufrimos los que preferimos andar en dos ruedas y pedaleando. Tener estacionamientos para bicicletas nada más que en contados establecimientos comerciales, es una de las que genera no pocos problemas. Entonces se ve uno en la necesidad de aparcar en cualquier lado. Claro, por motivos de seguridad, se trata de que sea lo más cerca posible de la puerta, para prevenir los robos. Pero, luego, sale algún vi...
Angustias telefónicas,<br/> por Victorino Muñoz
204c, Rafael Victorino Muñoz

Angustias telefónicas,
por Victorino Muñoz

Me parece que el teléfono celular, aparte de traer algunas soluciones a la vida contemporánea, genera en contrapartida no pocas situaciones que más bien procuran angustias, estrés y preocupaciones a los usuarios.No sabría decir si es el primero o el segundo, pero el miedo de perder el teléfono está, indudablemente, entre los más frecuentes. Por ello, son muchos los que despiertan y, aún sin abrir los ojos, estiran la mano hacia la mesita de noche a ver si el aparato todavía estaba allí, parafraseando a Monterroso.He sabido, al respecto, de algunos casos tan extraños, como el de una amiga que buscaba el teléfono hasta debajo de la cama, pero para hacerlo usaba la linterna del mismo aparato que estaba buscando. O sea.Muy de cerca está la angustia relacionada con la batería. Hay quien revisa ...
La pelea de Mantequilla,<br/> por Victorino Muñoz
203c, Rafael Victorino Muñoz

La pelea de Mantequilla,
por Victorino Muñoz

No. Pese al título, no se trata de boxeo, ni del peleador apodado Mantequilla Nápoles, ni del cuento de Cortázar… Se trata de un amigo con el que jugaba básquet y al que apodaban así. Nunca supe su nombre. En la cancha del barrio solo hay apodos. Lo cierto es que un día, en medio de una acalorada discusión por una jugada, yo le lancé el balón, sin pensar, y se lo estrellé en la cara a Mantequilla. Él me miró hecho una furia y se me vino encima. Yo, que de inmediato reconocí mi mala actuación, bajé la mirada y dejé los brazos pegados a los costados. Me merecía mis buenos golpes por desaforado. Entonces sucedió lo que en ese momento yo y todos los que estábamos en la cancha tal vez pensamos que era inimaginable. Mantequilla llegó frente a mí y lanzó un primer y un segundo golpes, mu...
Criticones C.A.,<br/> por Victorino Muñoz
202c, Rafael Victorino Muñoz

Criticones C.A.,
por Victorino Muñoz

Otro recuerdo de la adolescencia. Ya había comentado que en esos tiempos estaba entre el baloncesto y el rock; y bueno, quería formar mi banda. Ya tenía un bajo y mi amigo CM (solo menciono las iniciales) una guitarra. Otro amigo (JC) quería tocar la batería; aunque aún no la había comprado. Más o menos teníamos claro el estilo: algo de speed con mucho de punk. Execrados era el nombre del grupo (fue mi idea). Un día se me ocurrió escribir una canción y la mostré a los otros miembros de la supuesta banda. JC no opinó mucho; pero CM destrozó la canción, sobre todo la letra, que le parecía, según él, una clasecita de escuela. Bueno, se acordó en que él iba a componer una letra mejor, algo que iba a estremecer los cimientos del mundo del rock como no lo había hecho nadie desde Paranoid d...
Crucigrama policial,<br/>  por Victorino Muñoz
201b, Rafael Victorino Muñoz

Crucigrama policial,
por Victorino Muñoz

Confieso, desde el inicio, que nunca me ha atraído demasiado el género policial; menos ahora que es prácticamente una moda, en casi cualquier ámbito: desde el cine y las series (algunas de las cuales se prolongan por larguísimas temporadas), hasta la literatura más seria (sea lo que sea que eso signifique).Aun cuando sé que puede haber diferencias de grado y de calidad entre diversos autores o producciones, me parece que la dinámica siempre se reduce más o menos a lo mismo: alguien mata a alguien para que se vea si otro puede descubrirlo y atraparlo.Entiendo que lo que engancha a las personas con este género es ver el pulso de astucias, desplegadas por el victimario y el detective o los detectives, como en un juego de ajedrez. Entonces, lo que se convierte en el supremo valor es la intelig...