Luli Delgado

Estuve leyendo en El País de Madrid una nota sobre los percebes, una especie de crustáceos que solo viven en lugares inhóspitos, rocas con oleaje de aguas muy frías, mareas agitadas, lugares de imposible acceso, en fin. Según el autor del relato “…(son) una lección inquietante de vida: hay quien solo sobrevive en la tormenta, y no duraría dos días en un mar plácido quieto como un plato. Ahí sí se me prendieron las alarmas del total desacuerdo. Me explico. Quienes me conocen pueden dar fe de que si algo he sido yo en la vida es una persona inquieta y poco convencional. De pequeña, la más tremenda. Más adelante, contra viento y marea, estudié comunicación social y después trabajaba en reportajes arriesgados, peligrosos, fuera de mi condición de señorita decente, digámoslo así. Vi...

No sé si recuerdan aquellos perritos a los que se les movía nada más que la cabeza, que eran artículos casi obligatorios de decoración en los transportes públicos. No les cambiaba la expresión y no iban a ningún lado, pero, eso sí, la cabeza se les seguía moviendo sin parar.Me vinieron a la memoria porque hoy en una ventana me topé con un gato chino, de esos francamente enervantes.A ver. Me puse a verlo con un poco más de atención y descubrí que son zurdos. Fíjense para que vean. Lo que pasa es que, como yo también soy zurda, tengo mayor sensibilidad para detectar cualquier persona u objeto que tenga mi misma condición.Además de zurdos, tienen expresión de idiotas. No que yo estuviera esperando que me saludaran, ¡zape!, pero esa expresión tan sin expresión y sin esperanza de que cambien, m...

Leí el otro día en Instagram un diálogo que era algo así como:- ¿me echas de menos?- la verdad no, pero, cualquier cosa, te aviso.Y es más o menos eso. Si no hay flechazo, ni que hagas lo que hagas, y, al contrario, si hay flechazo tampoco importa lo que hagas. El flechazo sigue impertérrito.Eso ha sido así desde que el mundo existe, pero todavía hay quien no se ha dado cuenta y al preguntar no hace otra cosa que poner en evidencia que aquello no es sólido.Reclamaba una amiga que el tipo era lo máximo, pero muy distante.Buenmozo, inteligente, simpático, buen profesional y la lista seguía, pero la única piedra: no había flechazo, que es esa cosa tan fácil de reconocer y tan difícil de explicar…Entonces nada, no “pinta clima” como dicen los brasileños.Estoy en el Metro y vienen dos personas ...

Me preguntó una amiga una vez que cómo había hecho para sobrellevar la presión de grupo (peer pressure) cuando había resuelto no pintarme el pelo y asumir mis canas.Como fue por teléfono pasó desapercibida mi expresión de sorpresa, pero su comentario me quedó bailando en la cabeza.Lo acabo de recordar porque vi en Instagram un post que dice algo así como si te bañas hoy el mundo va a continuar girando, pero si no te bañas también.A veces, por no decir casi siempre, nos concedemos más espacio del que realmente ocupamos y, al partir de la premisa de que el universo gira en torno a nuestro ombligo, nos atribuimos una importancia que a fin de cuentas no tenemos.El sabor preferido de la mermelada, el tamaño de nuestro pie, el nombre del perro, y sigue la lista, son cosas que nos parecen relevan...

ler em português      Siempre me ha parecido la parte agridulce de cualquier concierto de música popular, el momento en que la persona que se presenta empieza:En el piano… Fulano de talEn la percusión… MenganoEn la flauta… PerencejoEs de ley que lo haga, pero al mismo tiempo quiere decir que el show se está acabando. En fin. A lo que voy es que con el año me pasa algo parecido. Yo me hago mi propio recuento y despedida.Cosas buenas que pasaron …Momentos inolvidables …Momentos preferiblemente olvidables …Cosas que aprendí …Problemas que logré superar…Problemas que se quedan para el año que viene …Gente que me gustó mucho ver…Gente que no me gustó tanto ver, pero que ya se fue…Libros y películas que me gustaron…Libros y películas que fueron un verdadero desperdicio…Y así sigue la lista. Inva...

Eso mismo. En ciertas ocasiones metemos en una gaveta nuestro lado, digamos que tosco. En los velorios, cuando deseamos feliz cumpleaños, si alguien se va de viaje. En fin. Entonces nos salen palabras más amables, la empatía se dispara, algo así como que en esos momentos quisiéramos más a los que queremos. Lo que habría que pararnos a pensar es por qué nada más que sacamos nuestros mejores colores en épocas especiales y no en nuestro día a día, si ser amables es más lo que suma que lo que resta. Todos nos ablandamos cuando nos tratan bien y después de todo no es tan difícil. La semana pasada escribía sobre nuestra necesidad de aprender a poner a un lado el bendito celular, que tanto intoxica. Pues bien, creo que ser más amables podría ser un segundo propósito, porque estoy segu...

No hay camino de regreso: los celulares llegaron para quedarse. El problema es que trajeron un manual de instalación y de mantenimiento, pero no de la correcta utilización por parte de sus usuarios, y esa suerte de diseminación desbocada ha traído situaciones insostenibles, una verdadera “celulitis”.Se ha escrito mucho sobre la inconveniencia de darle celulares a los niños, pero en cambio los padres no los sueltan. ¿En qué quedamos? ¿Cómo le limitas el acceso si los adultos que lo rodean no los sueltan un único instante?Cuando hablamos por celular tenemos la tendencia de alzar la voz, lo cual invade la privacidad de quienes rodean al hablante, llegando a ser francamente inconveniente. Nos sentimos en libertad de usarlo en los lugares más impensados. En las iglesias, por ejemplo, ¿Qué es ta...