News That Matters

Luli Delgado

La diligencia,<br/> por Luli Delgado
155c, Luli Delgado

La diligencia,
por Luli Delgado

Cuando era pequeña y mi mamá me decía que iba a salir a hacer una diligencia, yo automáticamente pensaba en los carruajes de los vaqueros. Ya tenía edad para saber que no iba a ir en ninguna “diligencia” del lejano oeste, pero igual hacía la asociación y me divertía la imagen. Con el tiempo fui aterrizando, pero igual me quedó el concepto de que, con o sin los vaqueros de mi imaginación, una diligencia es algo muy serio. En el Metro es donde más se ve. Casi siempre la persona va un poco mejor vestida que de costumbre, con una carpetica de documentos en la mano. No se sabe si va o regresa, pero lo que sí es seguro es que los documentos que carga le tomaron un buen tiempo obtenerlos. Así que lo más importante es que no los vaya a perder. ¿Ya pensaron? Obtener otro certificado, una n...
El plumero,<br/> por Luli Delgado
154c, Luli Delgado

El plumero,
por Luli Delgado

Limpiando los libros, que, valga el desvío, no se le puede pedir a nadie que lo haga porque acaba en trabajo doble, llegué a la conclusión de que el plumero es un artefacto muy sofisticado. Limpia, pero con cuidado de no dañar. No es como la esponja de acero o el cepillo, por ejemplo, que ya vienen preparados para la batalla. No, un plumero, si uno se pone a ver, es hasta conmovedor. Sin hacer ruido, sin maltratar, revolotea sobre las cosas y las libra del polvo.Mientras calladito y sin hacer alardes me ayudaba con mi oficio, me di cuenta de que no sabía cuál era su origen. Difícil imaginarse que en algún momento no hubieran existido plumeros, pero resulta que, para mi sorpresa, averigüé que fue patentado por Susan Hibbard en el año 1876 y que fue un tal Harry S. Beckner quien inventó el c...
QEPD,<br/> por Luli Delgado
153c, Luli Delgado

QEPD,
por Luli Delgado

Confieso que le tuve mucho miedo a la muerte durante buena parte de mi vida, hasta que Lulucita se fue al Cielo y como ahora sé que me está esperando y que en su debido momento me viene a buscar, mis temores se han ido calmando. Pero, aun así, la muerte siempre me infunde mucho respeto.Algún día lo voy a conversar con alguien que entienda del tema, o a lo mejor ustedes me pueden ayudar, pero el caso es que con todo y que morirse es irreversible y que un día va a llegar a ponerle fin a nuestra existencia, los cementerios tienen para mí un enorme atractivo. Como si me llamaran.Es una sensación especial. Ver tantos nombres con fechas irreemplazables, gente que, como nosotros ahora, pasó por lo mismo, amores, esperanzas, tristezas, felicidad. Gente que tuvo que aguardar, que no le quedó sino r...
De lobos,<br/> por Luli Delgado
152b, Luli Delgado

De lobos,
por Luli Delgado

Cuando me llamó para contarme, yo me fui a sus relatos de salida del colegio.“Mami, esta semana trabajé en un rodaje donde había un lobo. Vino con su entrenadora y todo. Tienen una mirada rara. Se parecen mucho a un perro grande, pero el hocico es diferente. Los tenían en una granja que los criaba para después hacer abrigos, pero la prohibieron y ahora es una especie de santuario para su preservación. Ah, y no ladran…”Ahí me di cuenta de que hasta la fecha yo nunca he visto uno como no sea en fotos y cine, así que le pedí que me mandara una foto.Cuando la recibí, lo único que atiné a responderle fue que era igualito al de la Caperucita…Sigo. La hijita de un colega de trabajo rebautizó la historia como la de la “Caperucita y el bobo”. Debe ser que ya los niños, de tanto ver monstruos de eso...
Fichas y lochas,<br/> por Luli Delgado
151d, Luli Delgado

Fichas y lochas,
por Luli Delgado

ler em português      Tanto una como otra son figuras en extinción, y eso por ser amables.Las fichas brasileñas, eran monedas especiales para operar los teléfonos públicos por allá, en la época en que estos eran la única forma de hacer una llamada cuando no estábamos en casa. Las fichas se vendían en los kioscos de periódicos y revistas, otra figura en extinción.Por su parte, los venezolanos teníamos una moneda llamada “locha”, que valía muy poco, pero que en mi memoria de infancia se podían cambiar por un “Toronto”, es decir, un bombón de chocolate y avellanas delicioso que todavía existe, aunque no tengo idea de su precio actual.Pero eso no viene al caso. A lo que voy es que tanto la ficha como la locha son protagonistas de una misma expresión: “me cayó la locha”, o “caiu a ficha” signif...
Fichas e lochas,<br/> de Luli Delgado
Luli Delgado

Fichas e lochas,
de Luli Delgado

leer en español      Ambas são figuras em extinção, e isso para sermos gentis.As fichas brasileiras eram tokens que só serviam para operar telefones públicos na época em que eram a única forma de fazer ligações quando não estávamos em casa. As fichas eram vendidas em bancas de jornais, que também estão em extinção.Por sua vez, nós, venezuelanos, tínhamos uma moeda chamada “locha”, que valia muito pouco, mas que na minha memória de infância podiam ser trocadas por um “Toronto”, que vinha a ser um delicioso bombom de chocolate e avelã que ainda existe, embora eu não tenha ideia do seu preço atual.Mas isso não vem ao caso. O que quero dizer é que tanto a ficha quanto a locha são protagonistas da mesma expressão: “me cayó la locha”, ou “caiu a ficha” que significam a mesma coisa, tipo: “agora ...
150 veces,<br/> por Luli Delgado
150d, Luli Delgado

150 veces,
por Luli Delgado

Conversando con otros integrantes de la gente que cuenta, hemos coincidido en que andamos por nuestro cotidiano buscando historias para ustedes. Un gato chino en una ventana, parte de una conversación, un recuerdo, algo que nos pasa o algo que sabemos y queremos compartir, cualquier cosa. Y después que pinzamos el tema, la imaginación se mete por la calle de elaborar un relato, de armarlo con alfileres, de dejarlo reposar y poco a poco llevarlo a su versión definitiva, esa que ustedes leen los domingos. ¿Periodismo? Es y no es, porque cuando te dedicas a escribir noticias tienes una pauta, una guía. Esto es diferente. La pauta la pones tú. El desafío y el compromiso son tuyos, tanto como la imaginación que te lleva hasta cada cosa que escribes. En cambio, la hora de entrega es imposterg...
Veinte años de Facebook,<br/> por Luli Delgado
149d, Luli Delgado

Veinte años de Facebook,
por Luli Delgado

De unos días a esta parte he comenzado a darme cuenta, ¿llego tarde?, de cómo ha ido cambiando Facebook, que de las llamadas redes sociales es con la que me entiendo un poco mejor.Veo que los perfiles se mantienen, pero me da la impresión de que ya no con la interacción de antes.Basta escudriñar un poquito para darnos cuenta de que cada vez menos personas publican algo de su vida personal.Antes eran frecuentes reportajes gráficos de bautizos, viajes a la playa, cumpleaños inolvidables, fotos en grupo, bodas, pero ahora, si nos ceñimos al botón de la muestra, con el Facebook abierto me encuentro un video sobre diferentes formas de arte, una foto que ya vi varias veces de una indígena amamantando a un animalito, dos fotos dándoles gracias a Dios por los alimentos recibidos, una propaganda de...
Lo que aprendido quedó,<br/> por Luli Delgado
148d, Luli Delgado

Lo que aprendido quedó,
por Luli Delgado

No hay vez que lave una mantequillera sin acordarme de Emilia Vargas, la eterna Emilia que trabajó por años en nuestra casa.No creo que me lo haya explicado, pero yo la vi muchas veces calentando agua para disolver restos de mantequilla. En aquella época no había agua caliente en los fregaderos y aunque hoy en día es apenas un asunto de girar el grifo un poco más a la izquierda, no por eso pierde vigencia lo que aprendí con ella.Como tampoco se me olvida que fue mi mamá quien me enseñó a meter las almohadas en sus fundas. No es así no más. Hay que doblarlas un poco para que se puedan entrar en su capucha y después irlas amoldando hasta que queden perfectamente ajustadas.Otra persona a quien siempre recuerdo es a una española, la Señora López, que nos daba clases de costura en el colegio. N...
Bajar a despedir,<br/> por Luli Delgado
147b, Luli Delgado

Bajar a despedir,
por Luli Delgado

Mi hija me avisa que viaja de Madrid a NY haciendo escala en Marruecos, concretamente en Casablanca, y me explica que fue el vuelo más barato que encontró. Después de aterrizar va a tener que esperar un buen rato antes de hacer conexión a su destino final. Mientras me cuenta, no dejo de admirarle la energía de sus treinta y tantos, porque se enfrenta a cualquier eventual agotamiento sin una pizca de miedo.Pero además de su intrepidez, no deja de sorprenderme la diferencia de lo que era viajar en mi época venezolana. Lo que va de ayer a hoy. Veamos.Antes que nada, si el viaje era en época de invierno, había que comenzar por averiguar quién tenía un abrigo que nos pudiera prestar.  En aquella época eran carísimos y nadie tenía en su closet nada más elaborado que un suetercito leve para las m...
Pregunta por Ángela,<br/> por Luli Delgado
146c, Luli Delgado

Pregunta por Ángela,
por Luli Delgado

Ángela era el nombre de mi abuela materna y mi hermano se lo puso a mi sobrina, pero no es a ellas a quienes quiero referirme.En este caso es un código que creó la policía metropolitana de Londres junto al nuevo Scotland Yard.Veamos. En virtud de que las citas a ciegas son la orden del día - no tienes pareja, te metes en un site de relaciones, encuentras a alguien y quedas para una cita - ha surgido una serie de momentos inconvenientes que no han escapado de la atención de las autoridades. Entonces, en los baños de mujeres hay un aviso que dice: “Hola, me llamo Ángela” ¿Estás en una cita que no te convence? ¿Te sientes que no estás en una situación segura? ¿Tu contacto de Tinder o POF no es lo que dijo que era en su perfil? ¿Sientes que hay algo un poco retorcido?Si vas a la barra del bar ...
La ruta del burro,<br/> por Luli Delgado
145c, Luli Delgado

La ruta del burro,
por Luli Delgado

ler em português      Hoy amanecí en modo limpieza, o por lo menos fue lo que mentalmente organicé que sería mi día. Solo que, al prender el teléfono, recibí un aviso de alerta de que mis contraseñas estaban filtradas y que la recomendación era que las cambiara inmediatamente.La lista era de veintiséis lugares a los que tenía que entrar, buscar mi perfil, cambiar mis contraseñas. En fin, una manera expedita de perder el humor. Cada una, una piedra de Sísifo diferente. Primero encontrar mi perfil, después poner la contraseña actual para después cambiarla. Detalle: nunca son las que tienes guardadas. Entonces hay que avisar que se te olvidó para que te manden otra. Aquí de dos, una: o te mandan una contraseña sin la menor posibilidad de que la memorices, por ejemplo &hXe5rP2&, o reci...