La Catedral,
por Leonor Henríquez
read it in English Terminó la Semana Santa y confieso que no pisé una iglesia, pero sí una catedral.Quizá por ser Viernes Santo, me pareció más solemne que otras veces.Las personas guardaban un silencio conmovedor al traspasar el umbral, pero en un instante se percibía una complicidad secreta entre todos los asistentes.Nos encontrábamos en las sonrisas, en las miradas, en el paso sereno de los fieles a través de sus pasillos.Parecía un lugar donde no tenía cabida la soledad, más bien un abrazo colectivo, una multitud bondadosa.Aclaro.La catedral a la que asistí la Semana Mayor no era precisamente un templo, sino un hospital. Nada grave, fui a acompañar a un amigo.Sin embargo, en el breve tránsito que duró mi visita en ese día particular, miré con otros ojos a este lugar donde médic...