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Leonor Henríquez

Espejismo, por Leonor Henríquez
91b, Leonor Henríquez

Espejismo, por Leonor Henríquez

read it in EnglishLeí una vez que se llega a cierta edad en que los años pasan muy rápido, pero los días son eternos.Ya llegué a esa edad.No más gráficos, no más reuniones aburridas, no más jefes difíciles, no más reportes de progreso; no más quince y último… estos sí que los extraño.Pero soy finalmente dueña de mi tiempo precioso y en mis días eternos, llenos de nuevas aventuras, salgo a caminar.Mi nuevo trabajo consiste simplemente en prestar atención. Dicen que el deleite es la recompensa de prestar atención.Hace poco salí en mi ruta habitual, pero noté algo diferente.La nieve se había derretido y hacía calor. Sí, calor en marzo.Me quité la chaqueta, la bufanda, los guantes y me fijé en un inusual resplandor al final del camino.Me pareció divisar una vegetación diferente en el horizonte...
Moderación, por Leonor Henríquez
80b, Leonor Henríquez

Moderación, por Leonor Henríquez

Dícese que el secreto de la buena salud y una larga vida es la moderación.No me atrevo a mostrar desacuerdo ante esta máxima, pero por esta vez, sólo por esta vez, lo juro, voy a intentar una apasionada defensa sobre los excesos.En estos tiempos donde a uno le dicen: una sola copa de vino al día, un cuadrito de chocolate (acto heroico), tantos minutos de ejercicio, de meditación, de yoga, tantos gramos de carbohidratos, tantas calorías.Pareciera que la existencia transcurriera en una métrica prisión.Razón tenía un señor, usuario de un programa de dieta y ejercicio que prometía perder no sé cuántos kilos a la semana, quien dijo que lo único que había perdido en una semana eran las ganas de vivir.Yo me pregunto, ¿acaso la voluptuosidad intelectual, de donde surge lo más sublime del pensamien...
Remiendos, por Leonor Henríquez
78a, Leonor Henríquez

Remiendos, por Leonor Henríquez

En esta época del año es normal que los bolsillos se encuentren golpeados, es decir medio vacíos. Son tiempos de generosidad e indulgencias, como debe ser. Pero en este caso, los bolsillos de mi abrigo de invierno estaban literalmente, rotos. Por un momento quise sucumbir al consumismo y salir a comprarme uno nuevo, pero no lo hice, eso iría en contra de mis principios y de la memoria de mi madre, artista de la aguja y el dedal. Así que decidí coserlos yo misma. Estaba segura de que en mi casa existía ese mítico objeto: el costurero. En mi caso, una pieza más inútil que cenicero en motocicleta. Pero lo encontré, allí estaba, con sus compartimientos llenos de hilos, agujas, alfileres, dedales y otros elementos desconocidos. Con más torpeza que destreza y este par de ...
Mañanita caraqueña, por Leonor Henríquez
77b, Leonor Henríquez

Mañanita caraqueña, por Leonor Henríquez

El sábado en la noche un señor poeta del tiempo vino a mi casa a decirme: Leonor, te voy a contar un cuento… Me recordó a Rubén Darío que escribió esas mismas palabras, pero para Margarita, aquella de “Margarita, está linda la mar…” Yo me quedé en silencio, escuchando con atención cada uno de sus versos, pronunciados con suavidad, pero con profundidad y énfasis. Era una historia complicada que comenzaba con los griegos y los romanos, después se metían los árabes, los españoles y hasta los indios americanos. Después de muchos siglos y vericuetos, la historia reapareció mágicamente, una mañanita caraqueña, como el vals venezolano de Evencio Castellanos, una de las pocas piezas que quedaron en mi cerebro reptil y soy capaz de tocar en el piano. Allí, en la casa solariega, estos...
Asuntos sin importancia, por Leonor Henríquez
75c, Leonor Henríquez

Asuntos sin importancia, por Leonor Henríquez

Por fin, después de más de treinta años de trabajar en mi profesión, en Caracas y Canadá, me ascendieron y logré mi posición soñada la cual vino con aumento de sueldo: Gerente General de Asuntos sin Importancia.Esta meta hoy lograda, me la propuse hace más de veinte años, cuando en Caracas, en la empresa de ingeniería donde trabajaba, me tocó ser responsable de la minuta de una reunión con el cliente.La líder de disciplina, Carmen, recuerdo, me enfatizó concienzudamente: anota todo, TODO, lo importante.Tomé libreta y pluma, y afiné mi atención.El tiempo pasaba, se discutía sobre las fundaciones, las tuberías, la excavación, el volumen de concreto y la verdad, nada me parecía particularmente importante.Entonces, como suele sucederme, sucumbí a una de mis ensoñaciones.En ese preciso instante...
Golosinas, por Leonor Henríquez
71c, Leonor Henríquez

Golosinas, por Leonor Henríquez

Me confieso golosa.Me gustan los chocolates, los helados y cualquier golosina, mientras más dulce mejor.Con frecuencia me “engolosino”; ese anhelo intenso de devorar un manjar.Y así sucedió.Entré a esta particular tienda, y allí estaban, desplegados sobre una mesa, tentándome.La boca se me hizo agua.No sabía cuál elegir.Los miré con deseo, queriendo olerlos, tocarlos, devorarlos hasta la saciedad.Al final me decidí por tres de estos dulces, algunos ya los había probado, pero la nostalgia pudo más.Pagué y salí de la librería en la gloria, dispuesta a devorar mi recién adquirida ambrosía:“Poemas de la Noche”, de Rainer María Rilke, “Un Poco más Grande que el Universo entero” de Fernando Pessoa y uno para releer en su idioma original “Canto a mí Mismo” (Song of Myself) de Walt Whitman.Libros....
La Vía Láctea, por Leonor Henríquez
69b, Leonor Henríquez

La Vía Láctea, por Leonor Henríquez

En las noches despejadas, se hace visible como un arco de luz, un aura blanca, un suave resplandor. Para los griegos, es una historia muy complicada. Zeus, Alcmena, Hera, Hércules, vaya usted a saber… Óleo y color, para los grandes artistas. Rubens y Tintoretto. Van Gogh, Chagall tal vez. Números, para los astrofísicos: una espiral de 180.000 años luz de diámetro;140 billones de estrellas;100 billones de planetas. Una interesante palabra, para los etimólogos Galaxia, del griego “galactos”, relativo a la leche. En fin, un gran misterio el cual hoy, desde mi palco de abuela, pude contemplar con la serenidad y el descanso que nos otorga esa privilegiada butaca. Y así, me quedé mirando extasiada, cómo una gotita de leche iba resbalando, dulce y lenta, por la mejilla de mi nie...