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Leonor Henríquez

La curita, por Leonor Henríquez
61a, Leonor Henríquez

La curita, por Leonor Henríquez

A veces no sé dónde me duele.Es fácil equivocarse.Y eso me recuerda un chiste que dejo para el final. (La distancia más corta entre dos cuerpos no es la línea recta, es el sentido del humor)Pues bien, el sábado me corté con papel.Corrí a lavarme el dedo y a presionar hasta que se detuvo la sangre. Busqué un curita (bandita, tirita, no sé como la llaman en otras partes del mundo) y me la puse cuidadosamente en la cortada.Durante todo el día evité utilizar el dedo malo, pero era un sábado inusualmente ocupado, pues al día siguiente tenía invitados y tenía que pelar, cortar, desmenuzar.Mi esposo tuvo que terminar de pelar los tres kilos de papas para el chupe caraqueño y yo me senté a contemplar mi dedo vendado.Pero había algo extraño, y es que en verdad el dedo enfermo no me dolía tanto.Yo c...
La tapa de frasco, por Leonor Henríquez
60c, Leonor Henríquez

La tapa de frasco, por Leonor Henríquez

En mi país, si uno dice “ese se cree la tapa del frasco”, significa que esa persona es arrogante.Si uno dice “ese sí que es la tapa del frasco”, pues se trata de un individuo muy competente y excepcional.Y esto no tendría nada de particular si no fuera porque, todas las mañanas, tengo una pequeña pelea con la tapa del frasco.No es una persona, es literalmente, la tapa de un frasco.El frasco donde guardo el café.Hay días en que se enrosca y desenrosca fluidamente y de maravilla. Otras, me cuesta, se traba, como si no perteneciera, como que me cambiaron la tapa o el frasco.Es un pequeño contratiempo en mis mañanas solitarias.Comencé a pensar que la tapa del frasco era una especie de oráculo.SI la tapa se tranca, mi día se tranca.Si la tapa fluye, mi día fluye.Pero claro, el argumento de la t...
La mosca, por Leonor Henríquez
54b, Leonor Henríquez

La mosca, por Leonor Henríquez

Me tragué una mosca.Más bien un mosquito de esos que se alborotan en el verano. Sucedió mientras caminaba a lo largo del río con una amiga, enfrascada en apasionada conversación, probablemente de asuntos sin importancia, que al final son los que importan.Lo admito, tiendo a hablar demasiado.En mi profesión como ingeniera, he tenido que explicar mis argumentos con fiereza y convencer mediante la palabra.En mi vida familiar, casi siempre abro la boca más de la cuenta y tiendo a dar mi opinión cuando no me la piden. Mi yerno y nuera pueden certificarlo, parte del oficio de suegra.También domino el inefable arte de interrumpir. Y bromeo diciéndole a la gente: “No es que te esté interrumpiendo, es que tú sigues hablando mientras te interrumpo”.Pero en general, el mundo entero tampoco calla nunc...
Barquito de papel, por Leonor Henríquez
103c, Leonor Henríquez

Barquito de papel, por Leonor Henríquez

read it in EnglishMe senté a descansar en un banco frente al río.A mi alrededor, familias de gansos, un halcón peregrino rondando, un castor masticando un tronco, en fin, los pequeños milagros del día.De pronto, me sorprendió una embarcación que no veía desde hace años: un barquito de papel.Miré a mi alrededor a ver si estaba el dueño, quizás un niño, un abuelo o una romántica incorregible como yo, pero no vi a nadie.Continué mi caminata junto al río, siguiendo con la mirada al frágil pero resuelto barquito. Regresó a mi memoria aquella vieja melodía de la infancia: "había una vez un barquito chiquitico…"De pronto, encalló en la orilla. Quise ir a rescatarlo, pero la corriente vino en su ayuda.El río se volvió turbulento y el barquito tuvo que sortear unas rocas. Pensé que ese sería el fin...
My joyful neighbors, by Leonor Henríquez
Leonor Henríquez

My joyful neighbors, by Leonor Henríquez

leer en españolI am very lucky to have wonderful neighbors.In the summer they cut my grass. In the winter they shovel the snow for me.They lend me books, they invite me to drink wine, they give me financial and even sentimental advice.I thank them by bringing them flowers from time to time or leaving a box of chocolates and a card at their door.But my back neighbors are something else.They live in a marvelous building, with a privileged view and superb architecture, specially designed for the severity of the climate in these latitudes.The problem is that this time of year they get rowdy.From very early in the morning they are talking and bringing materials, wood, sticks. In Calgary there is a saying that there are only two seasons, “winter and construction season”.It is the season to build...
Alto riesgo, por Leonor Henríquez
96a, Leonor Henríquez

Alto riesgo, por Leonor Henríquez

read it in EnglishDe vez en cuando siento el impulso de hacer una excursión un poquito más arriesgada que mi apacible paseo diario por el río.Una gira más audaz y retadora, con la única motivación de despertar un poco mi espíritu, a veces adormilado.Me fui sola.El camino al principio, amplio y radiante; el paisaje espléndido.Después de un rato, la vereda se fue haciendo cada vez más angosta.A cada paso, el terreno se tornaba más agreste; fui sorteando piedras, hielo, pequeños precipicios. A ratos me perdía, para volver a recuperar la ruta.Al fin llegué a una cascada, majestuosa.Me senté a descansar sobre una gran roca y me puse a contemplar el camino andado.No supe cuánto tiempo había pasado, cuando desperté de mi letargo.Volví sobre mis pasos revigorizada, más despierta que nunca.Sí, defi...
Sobre las hadas, por Leonor Henríquez
95c, Leonor Henríquez

Sobre las hadas, por Leonor Henríquez

read it in English Sobre las hadas, por Leonor Henríquez A veces siento el roce de sus alas transparentes en mi piel. Hace poco, una de ellas, me murmuró al oído palabras dulces: “Hoy estas más Carmencita que nunca.” Carmencita es mi mamá. Me visitan con cierta frecuencia. Algunas me inspiran a cocinar un Chupe caraqueño de esos de antología, nunca como el de la entrañable Tía Olga. Otra se toma conmigo un Ponche Crema en diciembre. A las bisabuelas, las veo en algunos gestos de mis nietos. Sí, son mis viejitas, mis hadas. Esas que dejaron sus crisálidas y se convirtieron en mariposas de luz y andan por ahí, jugando. Hace unos días, dos de ellas, en alas doradas, volaron a otros dominios. Camila, la mejor amiga de mi mamá, las dos mujeres más bellas de Los Teques. Ya est...
Visita al zoológico, por Leonor Henríquez
92b, Leonor Henríquez

Visita al zoológico, por Leonor Henríquez

read it in EnglishTodas las mañanas doy un paseo por el zoológico.Me queda muy cerca y cada una de las criaturas vivientes que consigo a mi paso, me hacen sonreír.A algunas, ya hasta las conozco por su nombre.William, el hipopótamo azul.Amarula, el elefante africano que tiene un colmillo roto.Dana, la llama peruana.Y así, también saludo al jaguar, al águila calva, a un camello.También le digo hola a una tortuguita mexicana que se llama Oswaldito.En un lugar especial vive un animal mitológico, se llama Lambanana, es una especie de oveja amarilla con una cola alargada.Regreso de mi paseo cotidiano, con el alma muy llena.Ah, y de paso, también me encuentro cada día con Don Quijote y Sancho.Es el momento de confesar que, esa visita por este, mi zoológico particular, ocurre en la sala de mi cas...
Dos centavos, por Leonor Henríquez
88b, Leonor Henríquez

Dos centavos, por Leonor Henríquez

read it in EnglishHoy salí a comprar un pan y una rosa.El pan porque se me acabó y me gusta en el desayuno.La rosa, para complacer un deseo de alguien muy especial, una niña de cuatro  años, mi nieta Natalia.Hace poco tiramos una piedrita al río y le dije que pidiera un deseo. Ella dijo que su deseo era una flor.Y yo me dije, "bueno, una rosa para Natalia".Esta mañana, cuando iba en camino a la panadería y floristería, ya intuía que ésta, no era una misión ordinaria.Compré el pan y una rosa de color coral.Salí de la tienda con una sensación de plenitud difícil de explicar, como si no me faltara nada, ni en mi despensa, ni en mi vida.Conduje hacia mi casa dispuesta a desayunar y sorprender a Natalia con su flor, su deseo cumplido.Y así termina esta historia.Simple y fugaz, como un pan o una...
Sobre las nubes, por Leonor Henríquez
87b, Leonor Henríquez

Sobre las nubes, por Leonor Henríquez

read it in English“Desde el punto de vista del cielo,la vida es sólo un pasar de nubes.” (Desconozco el autor)Creo que el cielo, desde su perspectiva, no supo si lo que vio pasar esa tarde de domingo fue un cocodrilo, un señor nadando o un dragón.Variaciones sobre una misma nube, según los puntos de vista de mi nieto de seis años, mi sobrino de diez y el mío (edad indefinida).Lo llamamos el Reto de las Nubes. Fotografiamos y compartimos una nube interesante y vemos qué nos sugiere. Después tenemos una breve y productiva discusión.A veces, tengo que hacer un ejercicio de abstracción para meterme en la infinita imaginación de los niños y confieso que me costó encontrar al cocodrilo y al señor nadando, estilo espalda, para más señas.Al final, esto de compartir nubes con mis pequeños, me recue...
The key, by Leonor Henríquez
Leonor Henríquez

The key, by Leonor Henríquez

leer en españolI lost a key.An important key.I panicked and began a desperate search.First, I looked in the most obvious places, my handbag, pockets, drawers, shelves.I tried to find a spare one, but nothing.I took a deep breath and decided to undertake the search more serenely.The worst that could happen would be having me to call a locksmith.I invoked my new mantra for this year: everything can be resolved.Calmly, I retraced my steps from the beginning of the day.I started looking at unexpected places and corners, and while I did, I found pleasant surprises. As it usually happens, we find treasures while looking for something else.So, it was.I found a postcard, in my mother's handwriting, Bariloche, 1977.The “Romancero Gitano” (Gypsy Ballads) by García Lorca, who brought me the verse of....
Mi tarjeta de Navidad, por Leonor Henríquez
79b, Leonor Henríquez

Mi tarjeta de Navidad, por Leonor Henríquez

Ya casi nadie escribe, ni manda por correo tarjetas de Navidad. Es un raro placer abrir el correo y encontrarse con correspondencia que no sea publicidad, o cartas de quienes más nos quieren y escriben con frecuencia: los bancos, tarjetas de crédito y otras cuentas por pagar. Como estoy en clases de pintura, me propuse este año, hacer yo misma mis tarjetas de Navidad, para enviárselas a todos quienes me han regalado este año, momentos de alegría y felicidad. Tomé mis pinceles, mis acuarelas y me senté en un rincón de mi hogar a buscar inspiración. Mojé el papel, tal y como me explicó mi profesora, y con tonos índigo y cobalto, sugerí una noche estrellada. Esperé que secara y con el verde tracé un gran pino con sus ramas rebosantes de nieve. A su lado, con trazos delicados, pint...