El nudo,
por Leonor Henríquez
read it in English Mis días comienzan con una caminata tempranera y un nudo.Es una nueva rutina que comenzó hace unas semanas atrás, impulsada por una dulce huésped que acojo en mi casa este verano.Ella es dulce y peluda.No más acertijos, es la perrita de mi hijo, se llama Panda.Ella ha movido mis horarios, mis rutas, me ha hecho conocer nuevos paisajes y personas. Al principio le oponía resistencia, pero ahora la dejo que sea ella quien me guíe.Me he adaptado a su ritmo; me detengo si ella quiere oler la grama, o rascarse, o saludar a otro perro; me devuelvo si se quiere regresar a la casa, la dejo si se quiere bañar en el río.En fin, Panda me ha recordado la importancia de una virtud a veces menospreciada: la flexibilidad; esa que contribuye a la felicidad de uno y la de los demás.Y...