Creer para ver,
por José Manuel Peláez
Manolo me convencía de que la mejor forma de guardar un secreto es exponerlo abiertamente porque las personas ya no creen en lo que ven, sino que prefieren creer que lo que no ven es sospechoso.
Pasó a nuestro lado Ángela, una inquieta activista de todos los derechos imaginables empeñada en hacer de nuestro planeta la joya de la Galaxia. Cuando le presenté a Manolo, abrió los brazos dando las gracias al cielo por haberlo encontrado. Yo le había hablado tanto de mi amigo que ella esperaba su iluminación.
─ ¿Por qué el mundo está como está?
Manolo sonrió y sin solución de continuidad pasó a referirle una historia. Angela colocó su móvil de manera de poderlo vigilar mientras escuchaba la historia que sigue.
Durante una función teatral, dos conocidos actores estaban representando u...