Lo tenía todo,
por José Manuel Peláez
La noticia ya estaba atrasada sin que hubiese pasado un minuto: Ronnie se iba a París. Desde mis primeros días en el trabajo, la meta de Ronnie por conseguir la corresponsalía en la Ciudad Luz era parte esencial de las historias de la oficina. Hablaba perfecto francés, solo bebía vinos franceses, solo comía recetas francesas, además de conocer a fondo la historia y la política gala. Hasta había terminado con su prometida porque ella pensaba que Napoleón fue una de las siete plagas de Europa.
Y ahora, finalmente, Ronnie lo tenía todo. Casi le rompimos la espalda dándole palmadas de felicitación y todos fuimos a celebrar la buena nueva. Ronnie era muy querido y lo íbamos a extrañar, pero pesaba más en nuestro ánimo saber que el colega haría sus sueños realidad. Había entre nosotros una me...