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Getulio Bastardo

Mi cacharrito, <br/> por Getulio Bastardo
144c, Getulio Bastardo

Mi cacharrito,
por Getulio Bastardo

Niño tremendo. Ya a los diez años no lo soportaban en ningún colegio para niños de bien. Su padre, un connotado cirujano de la ciudad, peregrinaba cada año de escuela en escuela buscando cupo para su hijo y descendiendo en la escala social escolar. Había comenzado en un prestigioso colegio de curas, que no por prestigioso el mejor, hasta llegar a un grupo escolar público, después de probar todos los particulares del lugar.A duras penas terminó la primaria en esa escuela y quiso volver donde los curas para la secundaria, igual no lo aceptaron, y logró un cupo en el liceo de la ciudad; no dio la talla y no terminó el bachillerato.¡Oh sorpresa! Conoció la marihuana y empezó a fumarla. Por supuesto que antes de él hubo gente que la fumó, pero ninguno se había ganado el título de “el primer...
Autoestima,<br/> por Getulio Bastardo
143b, Getulio Bastardo

Autoestima,
por Getulio Bastardo

Cuando veo a una persona, mujer u hombre, haciéndose retoques quirúrgicos en la cara tales como “me elevo un poco los párpados”, “me retoco el mentón”, o frases como “no me gusta mi nariz”, “soy fea”, “estoy flaco” o “muy gordo”, etc. no tengo menos que pensar que esa persona tiene la autoestima muy baja.Ahora, ¿qué es la autoestima? Es la valoración que uno hace de sí mismo, es como nos vemos, valoramos y percibimos con respecto a nuestro físico, cualidades personales y logros.Le comento a la gente que el primer principio de la autoestima es aceptarse y quererse uno tal cual es y eso implica resaltar y utilizar sus atributos y cualidades y minimizar las deficiencias o tratar de superarlas.He visto muchos casos de adolescentes descontentos con su figura, el color de su piel, su estatura o...
Trastorno bipolar,<br/> por Getulio Bastardo
142c, Getulio Bastardo

Trastorno bipolar,
por Getulio Bastardo

El lenguaje médico ha trascendido más allá de los ámbitos clínicos y hospitalarios. Es muy común escuchar a la gente utilizar vocablos e incluso diagnósticos con o sin veracidad, pero siempre sin propiedad.Es así́ como hemos escuchado alguna vez a alguien refiriéndose a otra persona como “histérica” o “neurótica” sin saber de qué se está hablando.Uno de esos “diagnósticos” actualmente comunes es el de bipolaridad. Algunos son muy ligeros a la hora de etiquetar personas. No porque alguien que amanezca con la espalda desarropada una mañana y se comporte groseramente y el otro día, su actitud sea distinta, califica como bipolar.La bipolaridad es algo serio e implica un padecimiento grave y crónico que va más allá de un carácter cambiante y explosivo.El TAB (Trastorno Afectivo Bipolar) ...
Anécdotas de niños,<br/> por Getulio Bastardo
141c, Getulio Bastardo

Anécdotas de niños,
por Getulio Bastardo

Mis vecinos del lado de mi casa tenían dos niñas, de seis y cuatro años. Una tarde me acerqué a saludar a la abuela que estaba afuera con la menor de las niñas y nos pusimos a conversar. En un momento de la plática la niña interrumpe y le dice a la abuela, “nona, teno hambre”. La abuela le responde que espere. Pocos minutos después la niña le hala el vestido y le repite, que tiene hambre. La señora le responde “espere niña, no ve que estoy hablando con el dotore” (la Sra. era italiana). La niña espera un rato prudencial y ya impaciente se planta entre los dos, de frente a mí, tira de mi pantalón, alza su cabecita, hasta encontrar mi mirada y me ordena “¡Ud. se va para su casa ya!”. Otro jovencito, también de cinco años, primo de las anteriores, que siempre las visitaba y pasaba tempora...
Resiliencia,<br/> por Getulio Bastardo
140b, Getulio Bastardo

Resiliencia,
por Getulio Bastardo

En estos días recibí en consulta a un hombre de 43 años. Comenzó diciendo que fue un niño abandonado por sus padres y dejado al cuidado de la abuela materna, a quien acusó de haberlo engañado, porque le mintió acerca del cariño de sus padres. Que al visitar a su madre en otro país, esta no le demostró afecto sino todo lo contrario, lo rechazó, y su padre nunca se ocupó de él. Con este relato quería justificar la adicción a sustancias desde su adolescencia. Soltero, sin instrucción universitaria y actualmente sin trabajo, vive a expensas de la abuela (que es quien lo lleva a consulta).Por otro lado otro individuo de 50 años, abogado exitoso, criado por los abuelos con muchas carencias materiales, pero provisto de afecto y protección, sin adicción al consumo de ninguna susta...
Procrastinar,<br/> por Getulio Bastardo
139b, Getulio Bastardo

Procrastinar,
por Getulio Bastardo

Procrastinar, se puede resumir en el antiguo dicho de “no dejar para mañana lo que puedas o hacer hoy”La pregunta seria ¿por qué la gente procrastina? o ¿por qué no hacemos las cosas a su tiempo? Vamos a intentar dar una explicación psicológica a esto.Es un rasgo de personalidad muy arraigado en algunas personas que luego se agobian por no haber cumplido a tiempo sus obligaciones y en la mayoría de los casos presentan ansiedad ante esta situación.Se podría calificar a esta gente como personalidades dependientes que esperan que mágicamente se resuelvan sus problemas, como siempre lo hicieron los padres, por supuesto que esto es totalmente inconsciente. Sin embargo, vamos a ser menos interpretativos y plantearlo de otra manera,Cuando no estamos motivados o conectados emocionalmente con una t...
Neuroplasticidad,<br/> por Getulio Bastardo
138d, Getulio Bastardo

Neuroplasticidad,
por Getulio Bastardo

¿Cómo nos explicamos los cambios de pensamientos, percepciones y conductas de mucha gente cuando de religión, de partido político o equipo deportivo se trata?.Una gente que hasta hace poco fue católico practicante, de misa, rosario y altar de imágenes, que de la noche a la mañana se hace mormón con todo lo que eso implica. Claro esto no ocurrió de la nada, sino que vino un gringo y le explicó que la religión que había practicado hasta ese momento y en la que fue bautizado no servía, no es verdad, y que la palabra de Dios que él trae es la verdadera,O un individuo que pierde el brazo dominante y se hace hábil con el otro.Hay jugadores de béisbol diestros que los enseñan a batear a la zurda y viceversa.O cuando aprendemos un idioma nuevo o a tocar un instrumento.Todo esto se debe a la plast...
El que solo se ríe…<br/> por Getulio Bastardo
137b, Getulio Bastardo

El que solo se ríe…
por Getulio Bastardo

¿Por qué será que un olor, una melodía, una imagen y hasta un sabor nos evocan situaciones pasadas y su correspondiente emoción?Por supuesto que esto tiene que ver con las estructuras cerebrales responsables tanto de la memoria como del afecto,Hay todo un conjunto de estructuras que regulan nuestros afectos y están agrupadas en el llamado Sistema Límbico, el cual está situado en el centro del cerebro.E igualmente hay estructuras cerebrales responsables de los recuerdos.La memoria y el sistema límbico están estrechamente interconectados y relacionados en el funcionamiento mental.El sistema límbico se encarga de regular las emociones, la motivación y la memoria.El hipocampo es una parte fundamental del sistema límbico y desempeña un papel crucial en la formación y consolidació...
Catatimia,<br/> por Getulio Bastardo
136b, Getulio Bastardo

Catatimia,
por Getulio Bastardo

La catatimia no es una palabra muy conocida, ni aún en el ámbito psicológico o psiquiátrico. Sin embargo se define como la modificación de la percepción y el pensamiento por el afecto. Esto quiere decir que las sensaciones que recibimos a través de los sentidos al hacerse conscientes en el cerebro, son modificadas por nuestro estado de ánimo y las percibimos deformadas. Esto explica muchas acciones o comportamientos de algunas personas aparentemente complicadas o inexplicables a los ojos de un observador imparcial. Una vez le escuché decir a un campesino que cuando uno está enamorado la mujer tiene un diente “picao” y se le ve bellísimo. Mejor ejemplo no hay para explicar este fenómeno psicológico. Los hijos de uno son los más inteligentes y bonitos del barrio, los demás...
Memoria y percepciones,<br/> por Getulio Bastardo
135c, Getulio Bastardo

Memoria y percepciones,
por Getulio Bastardo

Una tarde gris y lluviosa de un viernes, como casi todas las tardes merideñas de esa época, estaba sentado en la barra de una cafetería esperando el brebaje pedido, mirando hacia el infinito del espejo que tenía enfrente; absorto viendo nada y pensando menos y de pronto surge una voz que dice mi nombre. Volteo mi cabeza casi simultáneamente a ambos lados; al lado derecho no hay nadie y al izquierdo, un hombre distraídamente sentado moviendo el café con su cucharita. Está de espaldas a la puerta de entrada y cuando dirijo mi mirada hacia él lo consigo con la vista fija en la infusión a la que hace dar vueltas.Prosigo mi examen y hago girar el taburete redondo y móvil donde estoy sentado y me pongo de frente abarcando con mi vista ahora lo que antes estaba a mis espaldas. No veo a nadie con...
La pasajera,<br/>  por Getulio Bastardo
134b, Getulio Bastardo

La pasajera,
por Getulio Bastardo

Había terminado los exámenes del ciclo pre clínico de la facultad de medicina. Era un fin de semana muy corto porque ese mismo lunes debía comenzar las prácticas clínicas de obstetricia, internado por seis semanas en la maternidad afiliada a la universidad, sin poder salir. Era realmente un internado.Decidió ir a recrearse un poco y fue a un centro nocturno en la parte alta de la ciudad, donde se reunió con varios compañeros y amigos celebrando el final de un ciclo en la carrera y el comienzo de otro.Cerca de la medianoche y pensando en los arreglos del fin de semana para cumplir la pasantía, decidió marcharse del sitio, sin despedirse, como siempre lo hacía, para que no insistieran sus amigos en que se quedara.La noche estaba cubierta de neblina y fría. Abordó su Chevrolet de año descono...
Día de Reyes,<br/>  por Getulio Bastardo
133c, Getulio Bastardo

Día de Reyes,
por Getulio Bastardo

Había llegado la época de las fiestas y regalos. En su pueblo, como en todos los pueblos, las casas se vestían de navidad. La costumbre era pintar las casas y estrenar ropa nueva el 24 y 31 de diciembre. Claro que para que llegara el mes de diciembre pasaba mucho tiempo, “todo un año”. Y él había esperado mucho. El tiempo en la niñez pasa muy lento y cuando se espera algo tarda más. De enero a noviembre el niño al transitar por la ciudad, cuando iban a ella, se detenía en las vidrieras de las tiendas de ropa y desde afuera escogía las combinaciones que estrenaría en las dos fechas. Lo mismo hacía con los juguetes. Nunca estaba contento con las combinaciones que escogía, las cuales incluían camisa, pantalones, chaquetas, calcetines y zapatos, y en la siguiente ocasión l...