Horizontalidad desesperante,
por Álvaro Ríos
Al odontólogo hay que asistir siempre, dos veces al año si tiene una boca delicada o una vez en caso de buena dentadura, incluso en ausencia de molestia o dolor. Eso fue lo que expresó la doctora la primera vez que fui a su consulta hace ya mucho tiempo.Pero sucede que normalmente me hago el desentendido, de modo que el paréntesis siempre ha sido amplio; sin embargo, el dulce rostro de la doctora lo vale, es una buena manera de ponerle fin a tantas noches de molestias e insomnios.Es curioso lo que ocurre cuando uno entra al consultorio. Lo primero que desearía es intercambiar alguna frase con la doctora, pero se muestra esquiva y poco locuaz, prefiere tomarse unos instantes para llamar a su casa y preguntar qué rayos habrá para el almuerzo. Luego susurra algo a su asistente. En fin…Desde ...