Consejos, por Lucy Gómez
Pese a la fama de quienes tenemos alguna edad de dar consejos no solicitados, estoy absolutamente en contra de hacerlo. Primero, porque nos creemos técnicos y expertos en todo y no lo somos en nada. Acumulamos experiencias positivas, negativas o neutras y a veces la solución que encontramos no tiene nada que ver con el problema actual porque las condiciones y personalidades son diferentes. Aconsejar entonces no servirá para nada sino para masajearnos el ego y sentirnos útiles. Además, la mayor parte de las veces podemos contar con que seguramente los aconsejados no nos harán caso e igual van a terminar haciendo lo que les dé la gana.
He recibido consejos de todo el mundo, toda la vida, solicitados o no, porque he tomado decisiones radicales como cambiar de trabajo, de familia, de país,...