El hombre invisible, por José Manuel Peláez
La inauguración de una nueva librería es, para mí, un espectáculo digno de verse, como un desfile de cachorros de Tigres de Bengala, Rinocerontes de Java, Linces Ibéricos o Pandas Gigantes que representan la última esperanza contra su extinción.
Me encontraba ojeando la sección “TESOROS DE SIEMPRE” cuando, a mi lado, una especie de sobresalto llamó mi atención. Un hombre bajito con una de esas caras sin nada para recordar secuestró un delgado volumen, revisó las primeras páginas y se dirigió a la caja como quien acaba de encontrar oro y lo esconde de miradas codiciosas.
Por supuesto que seguí al hombrecito. Me coloqué tras él en la fila, vi que el libro que aferraba era una edición de “El Hombre Invisible” de H.G. Wells. Me preguntaba por qué había decidido hacer lo que estaba hacien...