Casi,
por Luli Delgado
Desde hace varios días estoy pensando en que “casi” es una palabra que aunque tiene pocas letras y muchas veces pasa desapercibida, después de todo es importante. Cuando se usa para algo malo que no pasó —casi me caigo, casi se quema— bienvenida sea: hubo una salvación de último momento que hizo que no pasara a mayores.Pero cuando “casi” se usa para algo bueno que no pasó, ahí se pone más difícil, porque se trata de algo que estuvo a punto de ser pero que no cuajó, o tuvo un chance que no aprovechó, o el viento de la fortuna no sopló a su favor.Y ahí me pongo a pensar en la cantidad de casis que tenemos todos en nuestro historial. De nuevo: cuando nos salva de algo malo, se hacen más confesables, pero lo contrario lo hace más reservado. Uno no anda por ahí contando a los cuatro vientos que...