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Regresa el Jedi,<br/> por Rubén Azócar
210d, Rubén Azócar

Regresa el Jedi,
por Rubén Azócar

ler em portuguêsread it in English        Mi abuela materna, Celia y a quien llamábamos la Mamina fue una educadora excepcional. Le enseñó a generaciones de párvulos sus primeras letras y números. Era la mezcla perfecta de ese amor materno del bueno, amorosa pero firme, muy firme.  Yo no solo fui uno de sus discípulos, sino que tuve la dicha de verla en acción por muchos años y aprender de ella ese arte del enseñar y educar.A pesar de que en mis años en el Loyola de Caracas le daba ayuda a mis compañeros de clase -recuerdo especialmente enseñándole al “Chucho" y al "Cifu” (altos “panas” y mejores surfistas) química orgánica. Pensé equivocadamente que la decisión de optar por la carrera medica me separaría de la enseñanza.No pude estar más errado, esa semilla de enseñar que me sembró la Mam...
Nuestros Salieris,<br/> por Victorino Muñoz
210d, Rafael Victorino Muñoz

Nuestros Salieris,
por Victorino Muñoz

Antonio Salieri fue un músico de origen italiano, aunque radicado en Austria, bajo cuya corte floreció como compositor y director de ópera y de otros géneros, durante el reinado de José II. Se le suele vincular a menudo con Mozart, de quien fue contemporáneo.Respecto a la relación entre los dos músicos, se cuentan varias versiones. Hay quienes afirman que eran amigos; otros, que eran compañeros con un trato más o menos cordial y respetuoso, pero distante. Se cree que tuvieron una relación complicada, a veces de cooperación, a veces de competencia, en una mezcla de odio con admiración y quién sabe qué más.Vallejo Nájera, por su parte, refiere que los favores de los que gozó Salieri los merecía Mozart; yo estoy de acuerdo con este parecer. No obstante, hoy día se reconoce es el talento del g...
Te cuento que…<br/> por Suzan Matteo
210d, Suzan Matteo

Te cuento que…
por Suzan Matteo

El miércoles pasado se cumplieron 347 años de algo que parecía imposible: una mujer, en pleno siglo XVII, doctorándose en una universidad. Y no fue en Inglaterra, ni en Francia, ni en algún rincón reformista del norte de Europa. Fue en la muy católica y ceremonial República de Venecia. ¿Quién estaba a la cabeza de la hazaña? Elena Cornaro Piscopia: hija ilegítima de un noble veneciano y una campesina, quien, a falta de apellido, tenía una voluntad que no cabía en los márgenes de su época. Dominaba siete idiomas, leía a Aristóteles en griego y lo comentaba en latín. Tocaba el arpa, el violín, el clavicémbalo. Sus tutores (todos hombres, claro) no sabían si hacían bien en educarla porque todo lo quería entender. Y ya se sabe que una mujer que piensa suele ser más peligrosa que una que ...