News That Matters

210c

Perseverance,<br/> by Clifford Thurlow
210c, Clifford Thurlow

Perseverance,
by Clifford Thurlow

leer en español        My name is Sangay Tzondru. It means the Buddha of Perseverance. The name was given to me by Geshe Ngawang Dhargyey, my teacher when a did a course in Buddhism in Dharamsala, home of the Dalai Lama and the Tibetan community that had fled from the Chinese over the high peaks of the Himalayas to India.I was taking a sabbatical from my career as a journalist and lent my scant editing skills to the team of scholars translating the dharma into English. We met with the Dalai Lama every Wednesday and reported our progress over buttery tea and plates of barfi, Indian sweets made from coconut, cardamom and buffalo milk.With a Tibetan student at Delhi University translating, I made a collection of folk tales that I turned into the book, Stories From Beyond the Clouds. It was pu...
Sim, Rosita,<br/> por Fernando Carmino Marques
210c, Fernando Carmino Marques

Sim, Rosita,
por Fernando Carmino Marques

leer en españolNo início era a velha do quinto andar que demorava exatamente 52 segundos, quando entrava no elevador e me sorria, arrastando o cesto de compras com rodinhas, sem imaginar que me obrigava a acelerar o passo para não chegar atrasado ao Call Center onde meses e meses suportei a estúpida arrogância do chefe (manager, dizia ele enfatizando-se) e as frustrações de quem reclamando dos serviços prestados perdia a paciência comigo. Depois, deixei de me perguntar por que saía ela tão cedo de casa e dei por mim sentindo a ternura que ela tinha no olhar. Certo dia o vizinho do quarto andar D, que também se arrastava, entrou no elevador meteu conversa com ela e fiquei a saber que se chamava Rosette. Vivia só, raramente alguém a visitava e se familiares tinha nunca os vi. Entre dúvida e ...
Nácar rosado,<br/> por Luli Delgado
210c, Luli Delgado

Nácar rosado,
por Luli Delgado

En estos días me estaba acordando una vez que, durante mis tiempos de productora de cine, me tocó ir a filmar unos camiones atravesando el puente sobre el Lago de Maracaibo.Claro, para poderlos filmar pasando en fila india y sin más carros, hacía falta apoyo de las autoridades locales. Eso era parte de lo que a mí me tocaba coordinar, de manera que durante varios días mantuve estrecho contacto con el responsable de apoyarnos, contándole cuántos éramos, qué equipo llevábamos, a qué hora esperábamos los camiones y demás detalles. Cabe recordar que en aquella época nadie ni imaginaba que un día existiría la telefonía celular y que de milagro había fax, así que las filmaciones eran muy laboriosas de producir.Total, fax y llamadas fueron y vivieron y por fin nos fuimos a Maracaibo, y, de aquí p...
Aleteo binario, <br/> por Lucy Gómez
210c, Lucy Gómez

Aleteo binario,
por Lucy Gómez

Llegaron respondiendo a una convocatoria por redes sociales que requirió un chequeo triple. No solo la fotocopia del documento de inscripción, sino también la del email que enviaron para confirmar la asistencia, más dos documentos de identidad distintos. La tercera vía para comprobar la asistencia fue tomarnos una foto al llegar con el celular de una profesora, que iría adjunta a la lista oficial. Adentro, cero celulares conectados, solo un lápiz y una goma de borrar. El lápiz, para rellenar cuadraditos que ya no se marcan con una tilde o con una x, sino que se rellenan para que la máquina correctora lo pueda leer. Luego, tres hojas con las preguntas. Pidieron colocar detrás un checking más: firma, la fecha y hora del día. Advirtieron que cada examen era diferente, para que nadie ...
La incertidumbre,<br/> por José Manuel Peláez
210c, José Manuel Peláez

La incertidumbre,
por José Manuel Peláez

Había sido una semana difícil, pero no porque me hubieran tocado trabajos complicados, al contrario, todo resultó sospechosamente fluido y cómodo. Sé que no debería calificarla de difícil, pero yo comenzaba a sentirme aburrido y conforme con esa comodidad que arrulla y que te va durmiendo a tal punto que varias veces soñé con imágenes como las que se multiplican en las redes en las que animales, supuestamente salvajes, se dejan abrazar y acariciar por los humanos y se vuelven dóciles mascotas. El problema es que en mis sueños la cara de los leones y los tigres de Bengala se parecía mucho a la mía. Empezaba a sentirme, como diría Borges, tan inútil como un puñal guardado en un cajón. Camino al café de costumbre, iba pensando en lo que Manolo me diría sobre esta sensación mía. Sin emba...