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203c

Sed,<br/> por Leonor Henríquez
203c, Leonor Henríquez

Sed,
por Leonor Henríquez

 read it in English        “Me gusta comer con hambre y beber agua con sed…”Así dice el coro de una canción popular venezolana interpretada por esa voz prístina de Cecilia Todd. Les dejo el video abajo.Ciertamente bebo con sed y avidez un gran vaso de agua cuando regreso de subir la cuesta que conduce a mi casa después de mis diarias caminatas.De resto, confieso que prefiero el café y el vino, fórmula para deshidratarse, lo sé.He hecho el propósito de enmienda de tomar más agua, y ahora cargo siempre a mi lado uno de esos coolers gigantes que considero de alto riesgo (si te caen en un pie).Pero volviendo a la sed, sí, estoy sedienta, pero no precisamente de agua.Es una necesidad radiante.Tengo sed de poesía, esos anhelos vívidos que nos dejaron los grandes poetas y que alivian las penas de...
Apareció Audrey,<br/> por Luli Delgado
203c, Luli Delgado

Apareció Audrey,
por Luli Delgado

En estos días circuló la noticia de que un detective encontró a una mujer llamada Audrey Backeberg, quien en 1962, con apenas 20 años, salió de su casa y no volvió más. Madre de dos niños, hablaba entonces de los maltratos y amenazas del marido. Nadie volvió a saber de ella. Hasta ahora. Ya en sus ochenta, vive en otro estado, con otro nombre, otro esposo y, según se dice, feliz y sin remordimientos, acordó colaborar con la policía a cambio de que no se revelaran detalles de su nueva vida. Leo esto y trato de recordar quién era yo a los veinte y pocos. Me cuesta. Tengo que exprimir la memoria para rescatar algo de la universidad, del trabajo, de los amores de aquella época. Lo que más me impresiona es que esa versión de mí ya no me pertenece del todo. Es como si hablara de una person...
La pelea de Mantequilla,<br/> por Victorino Muñoz
203c, Rafael Victorino Muñoz

La pelea de Mantequilla,
por Victorino Muñoz

No. Pese al título, no se trata de boxeo, ni del peleador apodado Mantequilla Nápoles, ni del cuento de Cortázar… Se trata de un amigo con el que jugaba básquet y al que apodaban así. Nunca supe su nombre. En la cancha del barrio solo hay apodos. Lo cierto es que un día, en medio de una acalorada discusión por una jugada, yo le lancé el balón, sin pensar, y se lo estrellé en la cara a Mantequilla. Él me miró hecho una furia y se me vino encima. Yo, que de inmediato reconocí mi mala actuación, bajé la mirada y dejé los brazos pegados a los costados. Me merecía mis buenos golpes por desaforado. Entonces sucedió lo que en ese momento yo y todos los que estábamos en la cancha tal vez pensamos que era inimaginable. Mantequilla llegó frente a mí y lanzó un primer y un segundo golpes, mu...
Caligrafía,<br/> por Lucy Gómez
203c, Lucy Gómez

Caligrafía,
por Lucy Gómez

Hace unos años aprendí caligrafía china. Durante algún tiempo, el fuerte olor de la tinta, que disgustaba a todos, llenó muchos de mis fines de semana. Tomaba clases en una vieja tienda de Caracas, donde vendían porcelanas orientales y arte en general. El dueño era un viejo profesor que había llegado a Venezuela en los años cuarenta de China con una maleta y poquísimo más. Terminó vendiendo y enseñando arte de su país, en lo que era un verdadero experto, amable y sabio como pocos, practicante también de medicina tradicional. Me quedó del profesor Chang, amor por la tinta, el papel y su cultura.  Me enganchó en aquel arte que años después continué al tomar clases de caligrafía japonesa en un templo budista caraqueño y posteriormente de caligrafía hebrea que tiene, como todas las anterior...