Superalimento,
por Jeraige Reinoso
En una tierra reseca, donde los cultivos apenas sobrevivían, vivía un humilde campesino llamado Tomás. Su pueblo sufría de hambre y enfermedades, pues la tierra había perdido su fertilidad y los árboles frutales ya no daban cosecha. Un día, un anciano sabio llegó al pueblo y le entregó a Tomás una pequeña semilla. "Planta esta semilla y cuídala con amor", le dijo. "Este árbol traerá salud y abundancia a tu gente".
Tomás obedeció y, con paciencia, regó y protegió la planta. Con el tiempo, creció un árbol frondoso con hojas verdes y vainas largas. Al probar sus hojas, Tomás descubrió que eran nutritivas, y al compartirlas con su gente, todos comenzaron a recuperar su fuerza y vitalidad. No solo sus hojas eran un tesoro; las semillas purificaban el agua, la corteza servía como medicina y s...